Wednesday, October 21, 2015

Demolieron su hogar, hoy viven en un almacén

Demolieron su hogar, hoy viven en un almacén
"Mira cómo vivimos. Mi niña tiene ocho años de edad, está llena de tristeza"
miércoles, octubre 21, 2015 | Ernesto García Díaz

LA HABANA, CUBA.- En un pequeño espacio de la antigua textilera Julio
Trigo, en el capitalino municipio de Boyeros, limitado por telas, tablas
y cajones de aire acondicionados, vive Elizabeth con sus padres. Dos
semanas atrás, las autoridades demolieron la casita donde vivía.

Rosalía Núñez, madre de Elizabeth y Mario Lázaro Vargas, su padrastro,
sienten la urgencia de denunciar la brutalidad de la que han sido objeto.

"Nos demolieron la casita que teníamos en la fábrica Brevola de
ladrillos y baldosas, en las cercanías del poblado de Calabazar",
expresa Rosalía.

"Con un buldócer lo tumbaron todo, hicieron varias pilas de escombros y
un amasijo nuestras pertenencias personales. Destruyeron un juego de
baño, los enseres de cocina, dos televisores uno nuevo y otro roto que
queríamos arreglar", agrega Mario Lázaro.

El entrevistado narra que hace más de tres años se juntó con Rosalía
para formar una familia. El apartamento de su madre es pequeño, así que
optó por buscar un lugar donde vivir con ella y su hija que estaban criando.

"Hablé con el administrador de la fábrica donde trabajo. Me autorizó
construir una pequeña vivienda, en un local contiguo al centro, junto a
la de dos policías, Vidal y Orieli. Yo le había pedido un solar al
gobierno, pensé que podía estar tranquilo con mi esposa y mi hija de
crianza, hasta que me dieran el terreno", rememora Mario.

"Sin embargo, el administrador de la fábrica de repente intentó destruir
la familia, pues deseaba a mi esposa. Nos chantajeó con que o ella se
iba con él o nos teníamos que ir del lugar. El 17 de febrero de 2015,
Maricela Mur, inspectora de Planificación Física, me declaró ilegal, a
los policías, no les hizo nada. Estaba claro lo que estaba pasando".

Apunta Mario que el 4 de marzo la misma inspectora le aplicó una multa
de 250 pesos, que él no aceptó. "El mayor Mario Peña, Jefe de la Policía
del Consejo Popular de Calabazar, conocido como 'el Sombra' comenzó a
hostigarme. Fue la estrategia que utilizó el administrador de la fábrica
para sacarnos".

Tampoco Rosalía no quiere dejar de contar su historia: "Félix, el
director de la fábrica, empezó a meterse conmigo, me mandaba a buscar
con Orlando un empleado. Me prometió llevarme para un alquiler, si yo
hacía lo que él quería".

"Él no logró su objetivo, pero ha puesto en peligro la vida de mi hija,
mira cómo vivimos. Mi niña tiene ocho años de edad, está llena de
tristeza. Ella es epiléptica, se atiende en el Hospital Pediátrico de
Marianao. Está en tercer grado, pero no la admiten en la escuela porque
su dirección está en Oriente".

Las medicinas de Elizabeth, la hija de Rosalía, para el control de los
ataques epilépticos, los papeles del hospital, el CD de la tomografía
axial computarizada, más conocida por TAC que le hicieron en la cabeza y
su turno médico para el próximo miércoles 14 de octubre desaparecieron
entre los escombros.

"Anoche mi esposo estuvo malísimo, le dio un subido de presión, no ve
resultados en su vida personal. Él tiene tratamiento con el cardiólogo,
por crecimiento en su corazón. Sus medicinas también se perdieron",
exclama Rosalía con pesar.

Ruinas de la Julio Trigo

La textilera Julio Trigo, que está ubicada en las inmediaciones del
reparto la Esperanza, Consejo Popular de Calabazar, fue construida con
la revolución. Como empresa quebró en la década de los 90.

La fábrica fue saqueada, la marquetería desapareció, no quedó nada. Los
techos se están derrumbando, solo queda una imagen deteriorada del Che.

Eliza, antigua trabajadora de la textilera, vive en un inmueble
colindante al de Mario Lázaro y Rosalía. Nos cuenta que la situación
sanitaria del lugar es pésima.

"Aquí viven 30 núcleos de familia, hay 23 niños pequeños y dos
embarazadas. Se cuentan nueve viviendas autorizadas por el gobierno,
pero sin 'papeles'. Todos estamos ilegales".

Según Eliza, la edificación fue un almacén de desarme de televisores,
refrigeradores y aires acondicionados.

"Cuando Rosa estaba de presidenta del gobierno municipal de Boyeros,
ella nos daba vueltas. Mandó a poner nueve metro contadores de
electricidad. Hoy día, apenas tenemos agua potable y muchos de los que
residen no tienen baños".

"Es muy difícil lo que está pasando Rosalía y Mario Lázaro, no tienen
dónde evacuar sus necesidades. El orine y el excremento lo depositan en
una cubeta y lo botan en el matorral. Ahora van a operar a Elizabeth. No
sé cómo vivirá ese angelito, lo han perdido todo", concluye.

ernestogardiaz@gmail.com

Source: Demolieron su hogar, hoy viven en un almacén | Cubanet -
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