Wednesday, May 18, 2016

El temor a que la casa “se te caiga encima”

El temor a que la casa "se te caiga encima"
Pocos pueden permitirse pagar por los materiales de construcción, y la
mano de obra
miércoles, mayo 18, 2016 | Ernesto Aquino

LA HABANA, Cuba.- Los derrumbes totales y parciales de edificios y casas
de viviendas se suceden año tras año en Cuba. Como consecuencia de la
falta de mantenimiento los inmuebles sufren un deterioro extremo que los
hacen víctimas fáciles de las lluvias y otros fenómenos naturales.

El estado cubano, en muy contadas ocasiones, sólo ofrece el servicio de
brigadas de constructores para reparación de áreas comunes en
ciudadelas, desentendiéndose de las necesidades y urgencias del resto de
las edificaciones.

Mariano Guzmán Padilla, un Técnico en Construcción Civil de 49 años y 33
de oficio, nos comenta que "la albañilería se ha convertido en un
negocio muy lucrativo, debido a la necesidad que tiene la gente de
construir y reparar sus viviendas".

Guzmán Padilla, quien decidió abandonar "el trabajo burocrático y
dedicarse al trabajo "a pie de obra", explica que "la gente tiene que
inventar y trabajar duro para mantener sus casas en pie, porque de lo
contrario se quedan en la calle. Y es duro, porque los salarios son
bajos y el precio de los materiales y la mano de obra no están al
alcance de todos".

El técnico de 49 años se refirió al precio que los albañiles cobran por
la mano de obra. Según su relato "el metro cuadrado de encofrado,
encabillado y fundición de placas se cobra a doce dólares; las paredes
se cobran a 30 centavos de dólar por cada bloque que pones y el
revestimiento y fino a siete dólares el metro cuadrado".

Respecto al "enchape de paredes con azulejos y otras losas, como la
piedra jaimanita, el precio es de 12 dólares el metro cuadrado".

Por su parte, Lester Damián Robles, de 36 años y 10 de oficio, quien
muchas veces comparte el trabajo con Mariano, se refirió a los precios
de los materiales y ofreció otros detalles y opiniones sobre su trabajo.

Damián Robles nos informó que "algunos materiales son asignados a los
rastros (puntos de venta estatales), pero lo cierto es que cuando vas a
buscarlos te dicen que se acabó, que hay que esperar al próximo envío;
sin embargo, por la izquierda (venta ilegal) siempre se puede resolver".

"Por eso", continúa diciendo el albañil de 36 años, "una tira de cabilla
de nueve metros de largo por media pulgada de grosor, que tiene un
precio estatal de 81 pesos Moneda nacional (unos cuatro dólares), tienes
que pagarla por la izquierda a siete dólares; el saco de polvo de
piedra, el de arena lavada y el de gravilla, que cuestan un dólar,
tienes que pagarlo a tres dólares".

Otro de los entrevistados, un maestro de obra de 68 años que dedicó 47 a
la construcción y que prefiere no revelar su identidad porque "es
militante del partido (Partido Comunista) y aunque la verdad es la
verdad… mira mijo, te entero de algunas cosas y dejas mi nombre fuera".

Bajo la promesa de que su nombre no será revelado, el maestro de obra de
68 años confesó que "yo trabajé durante años en la construcción,
reparación y ampliación de viviendas para altos funcionarios del
gobierno, coroneles, generales y diplomáticos cubanos, que viven como
verdaderos millonarios, mientras la clase obrera e infinidad de
profesionales valiosos duermen con el temor de que un día la casa se les
caiga encima; y esto, lo digo con mucha vergüenza".

"Aunque te digo otra cosa, no solo son los dirigentes de la revolución
los que predican moral en calzones, porque las instituciones religiosas
que manejan grandes presupuestos, como los católicos y los
protestantes, levantan templos lujosos y exhiben obras de arte
valiosísimas mientras los pobres tienen que esperar por la 'vida eterna'
para disfrutar de algún bienestar. Una locura, mijito, este mundo es una
locura", dice el veterano.

Y en tanto las injusticias sociales cubanas rebotan de un poder a otro
poder, sin que ninguno decida quién asumirá la responsabilidad por las
carencias de los sectores más vulnerables, los cubanos se amparan en las
remesas familiares que llegan desde Estados Unidos y otras partes del
mundo, los negocios ilegales y el intercambio de intereses comunes para
mejorar el techo que los cobija.

Por esas y otras razones, Clara Cirules Domínguez, una ama de casa de 58
años, no entiende la "desfachatez del gobierno" cuando dijo en el recién
finalizado VII Congreso del Partido Comunista, refiriéndose al
cuentapropismo, que hay que "fortalecer, con sentido renovador, la
atención y la labor político ideológica del Partido, la UJC (Unión de
Jóvenes Comunistas), la CTC (Central de Trabajadores de Cuba) y de las
instituciones correspondientes, hacia los trabajadores de las diferentes
formas de gestión no estatal, para promover el colectivismo y la
solidaridad, fomentar conductas que se correspondan con los valores
éticos y morales propios del socialismo".

"Mira, periodista", dijo la mujer, "los trabajadores del sector privado
son los que están solucionándole la vida al cubano. La economía de las
familias cubanas la resuelve la gente que está en el 'Yuma' (Estados
Unidos). Si no fuera por mi hermana, que me manda dinero todos los
meses, no hubiera podido reparar mi casa. Entonces, chico, si quieren
colectivismo y solidaridad que se la pidan a Venezuela y si no que dejen
vivir –o mal vivir–, y que se metan la lengua ahí… Sí, ahí mismo, donde
no le dé el sol".

Source: El temor a que la casa "se te caiga encima" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/el-temor-a-que-la-casa-se-te-caiga-encima/

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