Friday, May 20, 2016

Edificio Tavel, relajo hasta para demoler

Edificio Tavel, relajo hasta para demoler
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 20 Mayo 2016 - 9:21 am.

A principio de marzo, este diario publicó un reportaje de mi autoría
—"Los vectores se atrincheran en el edificio Tavel"— en el que algunos
vecinos manifestaron su preocupación por la irresponsabilidad del
Gobierno y el Partido Comunista (PCC), ante el inconcluso proceso de
demolición de este inmueble localizado en la barriada capitalina del
Vedado. Indolencia que ha traído por consecuencia la proliferación de
vectores, peligrosidad por caída de cascajos sobre los techos
colindantes y la generación de polvo, con las consabidas afectaciones
para la salud e integridad física de la vecindad.

Sin embargo, contra todo pronóstico, un mes después y de manera
sorpresiva apareció ante el edificio Tavel una grúa, un compresor, una
caseta y un grupo de trabajadores de la Empresa de Demoliciones de La
Habana para reiniciar los trabajos.

Cerraron la calle 21, estacionaron la grúa de la que pendía una cesta
techada y los obreros armados con martinetes neumáticos y equipos de
oxicorte comenzaron a derribar techos, paredes y a cortar vigas de acero
estructural. Pero la alegría duró poco, como sucede en casa del pobre.
La demolición volvió a detenerse, pero esta vez, por un acto delictivo.

Según Hugo Granado, residente en la calle 21 Nº 563, entre C y D (a
escasos cinco metros del Tavel), en los días previos a la celebración
del Primero de Mayo, los cacos aprovechando la intempestiva ausencia del
custodio de la empresa —quien debió salir a comerse un tentempié, pues
padece una diabetes severa—, forzaron una de las ventanillas de la
caseta-almacén y sustrajeron los tanques de oxígeno y acetileno,
manómetros, mangueras, antorcha y batería del compresor.

Lo paradójico del caso es que el hurto ocurrió a las puertas de la sede
de la Unidad de la Policía Especializada, localizada en las calles 21 y
C. Y según declaraciones de la propia oficialidad, la entidad represiva
del MININT está libre de responsabilidades "porque la culpabilidad del
robo es única y exclusivamente del custodio".

"Esto parece cosas de Día y Noche o Tras la huella", plantea Granado,
aludiendo a sendos culebrones policiacos exhibidos por la televisión
oficial en la que los polizontes nacionales resuelven los crímenes de
manera expedita y brillante. Pero el atrevimiento de robar en las
propias narices de la policía ridiculiza una vez más al cuerpo
represivo, cuya eficacia es cuestionada por la población.

Granado añade: "La justificación planteada por la policía es que el
custodio tenía antecedentes penales, como la mayoría de los trabajadores
del SECONS (Ministerio de la Construcción). Y, hasta donde sé el
custodio ya pagó el triple del valor del equipo de oxicorte y la
batería, según establece el decreto ley 192, pero la empresa no ha
traído otro oxicorte para continuar la demolición; al contrario, se
llevaron la grúa".

Ni a la tercera fue la vencida

Granados, un técnico multioficios de la construcción que se vio obligado
a dejar de trabajar en una empresa constructora adscripta a la Oficina
del Historiador de la Ciudad para cuidar a su madre aquejada de
Alzheimer, alega que es la tercera vez que acometen la demolición del
Tavel, pero los tres intentos fueron fallidos y, apuesta a que no
continuarán las labores, argumentando que un inmueble en la calle
Industria del municipio Centro Habana, también lleva más de una década
en proceso de demolición.

"Sin embargo, el Tavel fue recuperable", aclara y cuenta que en el año
1991, siendo él, jefe de obra en la Empresa de Edificios Múltiples
—después Micro Social— tuvo en sus manos el proyecto de recuperación del
citado edificio, al cual debían demolerle los dos pisos superiores para
aliviar las cargas, solución que salvaría al menos un 60% de sus
apartamentos.

"Pero este proyecto nunca se acometió porque los recursos fueron
desviados para las construcciones de las instalaciones deportivas de los
XI Juegos Panamericanos, y el tiro de gracia lo dio el Periodo
Especial… Fue una pena, dada la necesidad de viviendas que tiene el
país. No somos capaces de recuperar lo recuperable", lamenta.

Granados, quien subsiste como plomero cuentapropista aunque prioriza la
atención a su madre, considera que la Empresa de Demoliciones abusa de
sus trabajadores. "La bazofia de comida que le traen a esos hombres no
se la comen ni los perros y, lo peor de todo: el almuerzo llega a las
cuatro de la tarde".

La Empresa de Demoliciones no se responsabiliza con los daños que causa,
por ello, Granados no permitió el apuntalamiento de su casa. Las caídas
de escombros y las polvaredas le han causado filtraciones y tupición en
las descargas pluviales. Su vivienda fue construida en al año 1929 y
diseñada con pretiles (un murete que recorre el borde de la cubierta)
haciendo imprescindible los sumideros para evacuar las lluvias.

Pero no puede acometer la reparación, porque la acometida eléctrica que
alimenta su vivienda debe trasladarse a otra pared. Él solicitó a la
Unión Básica Eléctrica del municipio Plaza el servicio, los operarios
exigieron ciertas condiciones constructivas que el garantizó
inmediatamente, pero no han vuelto. De esto hace un año.

"De nada vale quejarse con el delegado de circunscripción", asevera,
"esa gente son unos pobres diablos y aguanta galletas de la población,
no tienen poder para presionar a las empresas que no cumplen con sus
deberes".

"Esto es un relajo y Cuba es el país de la ciguaraya", sentenció un
jubilado de 76 años, también vecino del Tavel, quien se identificó como
Chicho.

"Ni Dillinger, el famoso atracador de bancos hubiera tenido timbales
para robar frente a una estación de policía", agrega. "Por eso creo que
la oficialidad de la estación de 21 y C debe engrosar la lista de
sospechosos del robo".

"El descrédito de la policía ya pasa de castaño oscuro", afirma. "La
templeta que formaron en el bulevar de San Rafael y que no haya
aparecido un policía para poner orden, demuestra la incompetencia o
complicidad de los agentes del orden en estos sucesos… Sin pecar de
puritano, considero que causa repugnancia ver el vídeo donde la multitud
que observaba el espectáculo gritaban: '¡No se vengan, no se vengan!
¡Levanta a ese muerto!'... Coño, esos cuadros solo podían verse dentro
del cine Shanghái en época del capitalismo, no en la vía pública, y,
mucho menos a las puertas de un cine para niños. Ya no hay moral para
poner orden en este país".

Y, concluye Chicho: "Se verán cosas peores. Con la policía y Gobierno
que tenemos, todos los males son posibles. Me atrevo a asegurar que
hemos tenido más barbarie con el socialismo que en la época de la
Conquista".

Source: Edificio Tavel, relajo hasta para demoler | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1463578326_22459.html

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